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EL BARRANQUISTA FALLECIDO, EL IMBÉCIL ANÓNIMO DEL PERIÓDICO Y LA GUARDIA CIVIL

Hace años, tenía una costumbre cuando me ganaba el pan rodeado de libros y no era otra cosa que, en algún tiempo muerto, pararme a leer la primera carilla de los géneros literarios que poblaban las estanterías.

 

Antes y durante un tiempo compartí el oficio de dependiente con el de repartidor de periódicos. Un año entero en bicicleta con mi mochila a la espalda, todos los días, con agua, sol y puntualidad además de esa etapa joven en la que te apetece soñar que empiezas de cero para comerte el mundo. Después llegó el coche hasta que un día se acabaron los madrugones para entregar las noticias por el pueblo. De repartidor, el momento que más disfrutaba era cuando llegaba a casa, a las ocho de la mañana, y tenía media hora tranquila para desayunar abriendo páginas y leyendo noticias. Solo eso, sin más añadidos.

A día de hoy, con la era digital, hago lo mismo pero desde el teléfono o el ordenador aunque toda mi debilidad está siempre en el papel y no en una pantalla. Dicho esto, he cogido otra costumbre. Miro un titular que me interese y directamente me voy a los comentarios de los lectores a cotillear que clase de opinión con sabiduría ofrece el personal. Después leo la noticia y me reservo lo que pienso. Y, por supuesto, en esa madeja de letras uno se encuentra de todo y ante todo la merecida libertad de expresión. Que los tiempos de estar calladito se quedaron muy atrás. Lo malo es que alguno no opina, directamente es un imbécil y si lo hace con seudónimo, el adjetivo vale por un sobresaliente y si a mayores metemos la política donde a lo mejor no pinta nada como en este caso – claro dando estaca a los ladrones y todos los retrasados y cómplices que votan al pepé y ahora también al soe – la matrícula de honor se la ponen los palmeros que le dan al “me gusta”.

"En esta noticia solo siento tristeza por un hombre con el que comparto una afición y se quedó en ella"...

 

En esta noticia solo siento tristeza por un hombre con el que comparto una afición y se quedó en ella. Quizá por imprudencia, por inexperiencia o lo contrario a todo esto y solo es que tenía ahí su día. Y de tí, querido imbécil anónimo que opinas en toda clase de noticias, menos mal que para liberar los sanatorios mentales los periódicos pusieron esa opción. La diferencia entre tú y otros es la clase y el criterio con que se hace. Y, o es que yo soy muy burro o me cuesta entenderte.

Por mi profesión de bombero diré que ahí están trabajando los mejores, asumiendo sus riesgos porque saben que es lo suyo y para eso están, aunque alguno piense que por ese tipo de accidentes se van sus impuestos y te diré que a lo mejor los míos se van en algo de lo que tu haces y yo no comparto.

Hace unos minutos hablaba con uno de los rescatadores, un gran tipo y gran profesional, que me contaba que hoy estuvieron doce horas dándolo todo pero que no hubo manera y que es un palo muy grande para la familia porque hay que seguir un día más y a ver. Ese tipo y otros son los GREIM, los Grupos de Rescate en Montaña de la Guardia Civil, con sede en Trives y que son los últimos en avisar.

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