Así respiraba de ambiente el rocródomo de Indoorwall el sábado 6 de abril. Todo un lujazo de instalaciones que fueron creciendo desde su apertura. Sin duda una necesidad deportiva que cubre la inquietud de un buen número de escaladores que también fueron aumentando en número.
Aquellos tiempos donde éramos cuatro gatos y muchas veces solitarios, como me tocó a mí.
También el nivel es impresionante y los clásicos y encasillados en los niveles normales nos vemos ahora rodeados de esos extraterrestres del grado.