Ser aventurero y alpinista acompañado de una personalidad extrovertida y con dosis de timidez (aunque pocos lo crean), no es incompatible con ser Candidato y perder unas elecciones por una diferencia de 2 votos.
Aunque estoy más en la creencia del destino, en general se observa en estas situaciones que se puede tener mala suerte para alcanzar el éxito o la chiripa por lograrlo. Lo que hay es que reconocer tanto una cosa como la otra y no creerse nunca, en ningún caso, la última botella de agua del desierto. Perdí yo, nunca mi equipo. Ellos solo pueden ganar por su gran trabajo y por no considerarse los mejores alejados de alguna vanidad publicada y quizá, por habernos quedado a la puerta, el sábado 15 de junio el que escribe estaba que se subía por ella :) :) .
Ese día hubo muchas fotos formales e institucionales, en todos los lugares. Alguna tengo pero me guardo la de arriba. Con todo el respeto, es que nunca me gustaron mucho todos esos retratos que se hacen por los ayuntamientos con los bastones de mando, sobre todo si lo tratan como si fuese el trofeo de una competición cuando entre los propios vecinos están los que ganan y los que pierden.
Rescatando un libro de mi biblioteca, como decía el escalador italiano Césare Maestri: