Axena descubre la primera gran cueva granítica de Muros-Noia
La formación cuenta con dos cascadas y curiosos minerales
AXENA
ANTÓN PARADA RIBEIRA / LA VOZ 16/08/2019
«Sorpresa, emoción, no sé, es difícil describirlo», con estas palabras, el pobrense Manuel del Río Bouzón intenta explicar lo que sintió cuando él y su amigo Álvaro Noal Mariño se encontraron solos frente a la entrada de la bautizada como cova do Chacal -en honor al nombre popular del lugar en el que se halla-, la primera cueva granítica de entidad descubierta en la zona de Muros-Noia. Y podría decirse que no le faltan atractivos, ya que cuenta con dos cascadas y curiosos minerales.
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Lo cierto es que su hallazgo no se trató de una casualidad de dos jóvenes de A Lomba caminando aleatoriamente por el bosque. Desde hace tiempo, los integrantes de la asociación naturalista Axena trataban de dar con una formación arquetípica en Galicia, con grandes ejemplos en las Rías Baixas como las olívicas covas do Folón y, más próximas a Tui, las de A Trapa. Sin embargo, en las áreas de Barbanza y Muros-Noia nunca había sido localizado un ejemplo similar. Hasta ahora.
«Trátase dunha cova granítica que non estaba catalogada e que conta cunha magnitude considerable», expresó el biólogo y también integrante de Axena Xurxo Gago, quien precisó que esta no destaca por su profundidad, de unos 15 metros, sino por elementos como las coladas de pigotita -formadas por los ácidos húmicos que provoca la degradación del bosque de la superficie- que recubren parte de las cámaras, creando bellas formas geométricas, o la existencia de ópalo biogénico.
Este último es especialmente relevante, tal y como indicó el científico, ya que es resultado de la degradación del silicio del granito mediante la acción de una bacteria, un proceso que hace varios años atrajo la atención de la mismísima NASA, pues este elemento abunda en otros planetas y podría ser vital para hallar o comprender la formación de vida no basada en carbono.
A golpe de clic
«Empleamos los mapas del Instituto Geográfico Nacional para buscar zonas en las que se hubieran podido producir desprendimientos de rocas sobre ríos», explicaron de las pistas los descubridores, que aquella misma tarde se internaron en las entrañas siguiendo el río subterráneo.