Si, todo el mundo repite la misma frase este año. Que si primavera atípica, verano atípico y ahora de lleno ya nos metemos en el otoño que será atípico mientras los supermercados ya nos adelantan los turrones para una navidad que también será atípica.
Dentro de estas circunstancias, se intenta buscar la normalidad, siguiendo unas pautas de seguridad, de normas nuevas, de normas que se modifican, que nos toman el pelo, que también incumplimos y prefiero no seguir.
He de confesar que durante la época estival es cuando menos me dedico a la escalada. El buen tiempo me invita más al agua, al kayak de mar, a bucear, a tostarme en la playa de San Francisco; a subir una y otra vez las dos cimas de Monte Louro y que nunca me cansa como actividad. A fotografiar y a divertirme en las noches de verano. A pasar por la casa nativa, por mi verdadero pueblo aborigen donde todo se concentra. Donde el gusanillo de la aventura nació , se desarrolló y como un Campo Base, me hace seguir disfrutando de las oportunidades que he ido descubriendo desde los ríos que nos esculpen. Ese fue el germen.
Pero, lo reconozco, soy un guiri en mi piso de playa de junio a septiembre. Y el Xallas, que este año ha estado fantástico de caudal, lo que ha permitido recuperar una parte del juego que ofrecía anteriormente. Y vaya si lo hemos disfrutado, porque puedo decir que todo lo salado que puedo traer del mar, se ha endulzado con creces en este fabuloso barranco que nos ha visto unas cuantas veces en esta etapa Covid.
Pues sí, el Xallas fue el escenario más pisado, más nadado y más vivido. Completado con lo que ya hemos denominado "La integral del Xallas": Barranco y pared del Olimpo Vertical. Todo en uno. Intenso físicamente y espectacular paisajísticamente.
La mejor suerte fue haber conocido a nuevos amigos que llegaron atraídos por esta nueva actividad y otra enorme suerte fue la visita de Toni para la grabación de este reportaje para dos programas de televisión que acercan a cualquier espectador a esta maravilla de la naturaleza.
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