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RODANDO CON EL SAMSARA

Es muy sencillo. Machús me dijo que empezase el libro por cualquier página, daba igual porque cada sitio tenía su experiencia independiente a la cronología propia del viaje. 
Pero no, un libro de viajes debe empezarse por el principio. Samsara es el ciclo de la vida desde el nacimiento hasta la reencarnación. Un viaje de aventura también nace, crece con la planificación, se desarrolla y vuelve a vivirse si se cuenta; ah! además suele crear una adición extraña que te lleva a esbozar otro y después otro y… mejor no sigo.

Machús es el apelativo de María Jesús y Mili de Emilio. Son de Gijón. Los conocí hace ya una tira de años, apenas nos vimos un par de veces y siempre en la compañía de nuestro amigo Sergio Castaño pero creo que de alguna manera guardamos una pizca de amistad y eso nos hace mantener algún tipo de contacto.

Mili puede imponer, con ese aire de Sandokán, del tigre de Malasia que guarda un corazón de león o de mosquetero, de Capitán Alatriste o de Jack Sparrow. Machús es sensibilidad, la dulzura en la palabra y la magia en la mirada. Tenían una furgo Volkswagen caravana que vendieron para costearse su delirio y su taxi lo dejaron en manos de un chófer contratado para seguir haciendo “la carrera” durante el año que ellos no estarían. Se iban. Y lo hicieron porque arrancaron con una idea muy clara: recorrer la Ruta de la Seda en bici. Imagino y conozco los nervios de los días previos porque siempre son peores a los del propio día de la partida. La rueda que los llevaba hasta el Samsara había empezado a girar, saliendo de su ciudad, de Asturias, de nuestra España y de la vieja Europa cuando te asomas a Asia y te adentras en ella.

..."Machús es sensibilidad, la dulzura en la palabra y la magia en la mirada"...

Su libro es un atlas geográfico y etnográfico que atraviesa once países. Sus páginas literalmente se llenan de color y yo, fuera del diseño, lo interpreto como el colorido que percibieron sus ojos durante un año cuando sales a ver el mundo. Su estilo de escritura no tiene más galanura que la expresión propia de haber vivido con intensidad cada día, de la cercanía que ofrecen sus letras cruzando fronteras, salvando burocracias, caprichos o facilidades y terquedades de sus policías. Descubrís la amabilidad de las gentes que tal vez nos parecen distantes, salvajes y radicales, apartadas en lugares apartados de lo que entendemos como civilización y que sin embargo una y otra vez ofrecieron sus casas para dormir, comer o convivir unos días. Y, claro, como no, algún fiasco también.

..."Creí pedalear a vuestro lado por unas carreteras que hasta en las antípodas son exactamente iguales"...


Viví en cada frase las emociones que sentí en Cangas de Onís cuando admiré vuestra exposición fotográfica.

Me intrigaron los pinchazos, las averías, disfruté con los paisajes, dejé plegarias al viento en las banderas de oración e interioricé en las stupas. Creí pedalear a vuestro lado por unas carreteras que hasta en las antípodas son exactamente iguales. Siempre definí el Perú como un gran mercado pero el planeta en sí es un gran bazar de olores, de sabores donde todo puede venderse y probarse. Me saltaron las lágrimas leyendo y siento recordarlo, vuestro regreso anticipado a casa para despedir a Meli. Lo recuerdo bien porque había hablado con Castaño aquellos días y la fuerza que necesitasteis para volver a coger dos bicicletas aparcadas en Turquía y retomar el viaje.

¿Que podíais hacer?

 

Lo que habéis hecho, girar con el Samsara. Hay novelas que deseas terminarlas para descubrir el final, sin embargo no me llega esa ansia con los libros de aventura y con viajes convertidos en documentales. Sencillamente no deseo llegar a su final porque cada página o cada capítulo que se va me acerca a una pregunta: ¿ya se terminó?, y a una exclamación: ¡quiero seguir! Y claro que sigues, continúas porque siempre hay otro destino, otra historia que contar.

Me quedo con la pregunta de Mili, desde Bilbao, ya de regreso.


- ¿Que hay que entender?


- Nada, pues todo está claro; sólo hay que dejarse llevar por la corriente de la inmensa madre natura. Sumergirse sin miedo en el misterio de la vida; pues no hay tal misterio cuando uno mira con la clara luminosidad de una mente despierta. Por fin estamos en casa, he traído a Machús como prometí. Ella ha completado un ciclo, quizás yo también… - contestó Mili
Eso es lo maravilloso de sentir...

Namaste.

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