top of page

DIVAGACIÓN AMOROSA Y ERÓTICA DE UN ESCALADOR

Te amo. Aunque lo nuestro fue un amor comercial, porque pagué por tus servicios, como los encantos de burdel de Maruja la Cachonda en la canción de Sabina. Te quise a principios de los noventa, entre todas aquellas que se mostraban en una tienda de montaña de Cangas de Onís. Por tus colores. Porque consigues que resista las insinuaciones de los nuevos modelos que lucen atrevidas figuras que dejan penetrar los dedos con total libertad, mientras tu y yo seguimos sintiendo nuestro roce con intimidad. Porque todavía conservas ese aire retro en un mundo de diseño. 


Colgados el uno por el otro como canta Ramazzotti. Porque eres tú. Solo tú.
Porque me devuelves todos los polvos que te meto para secar mi mano sudorosa de miedo y de pasión. 


Si tu caes, yo caigo contigo.
Mi querida bolsa de magnesio.

bottom of page